Hoy en día es común no tener tiempo para cocinar o sentarse y disfrutar de lo que se come. Lo habitual es prepararse algo rápido y tomárselo al mismo tiempo que una habla por teléfono, utiliza el ordenador, mira la televisión, piensa en la próxima cita con el médico o reunión en la oficina, cuando y como recoger a los niños o hacer la compra... en medio de todo eso, ¿quién va a tener tiempo para masticar y alimentarse?!
No hace mucho comprendí la importancia de saber estar, ser conscientes y disfrutar de lo que se hace en cada momento y comer, es uno de ellos.
Muchas veces había oído hablar sobre la importancia de masticar concienzudamente los alimentos pero la práctica me parecía poco más que inviable cuando no ridícula! No obstante, doy gracias a mi confianza, constancia y perseverancia porque los beneficios son muchos.
Verás, el proceso de digestión comienza en la boca con la masticación y la ensalibación.
Los dientes trituran los alimentos y realizan por tanto una digestión mecánica. La saliva en cambio, realiza una digestión química a través de la enzima amilasa que digiere los carbohidratos. Como los ácidos del estómago interrumpen la actividad de esta enzima para dar paso a proteasas y lipasas y al proceso de digestión de proteínas y grasas, es muy importante masticar y ensalivar bien los alimentos. De esta forma los carbohidratos se van rompiendo en la boca y por así decirlo, nuestro cerebro se va nutriendo.
Comer de esta manera, lubrica además los intestinos y fortalece nuestro bazo y páncreas que a su vez, segrega una mayor cantidad de enzimas pancreáticas en los intestinos. Esto refuerza el efecto lubricante y mejora la digestión. Consecuentemente, aumenta el número de nutrientes disponibles para la producción de más y mejor calidad de sangre.
Masticar estimula además los meridianos del estómago (mandíbula superior) y de los intestinos (mandíbula inferior), preparándolos para el proceso digestivo. Por otra parte, la saliva ajusta el contenido en agua de los alimentos y en ausencia de la misma proliferan caries y abscesos.
La pesadez de estómago, gases, mala absorción / desnutrición o sensación de "aplatanamiento" son síntomas comunes de una mala masticación.
Un buen consejo, "bebe los sólidos y traga los líquidos".
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