Cocina para Gente Despierta

Carmen...

Hace algunos meses me di cuenta de la importancia de la alimentación y fue gracias a una persona que con su forma de ser y con su ejemplo me cambió.

Siempre pasan por nuestro lado multitud de personas, situaciones, pensamientos, olores, sabores y un etc..., afortunadamente puedo distinguir lo importante, lo maravilloso, de la paja, de lo intranscendente, de lo hueco, y esto es lo primero que me sucedió para dar el primer paso.

El segundo paso fue informarme, conocer esa nueva forma de alimentarse e ir cambiando mis pensamientos y hábitos. Conocer fue fascinante y lo sigue siendo, porque estoy en los comienzos de este apasionante mundo. Cambiar mis pensamientos y hábitos fue una pequeña sacudida a mi estabilidad, pero nunca me ha gustado la costumbre, la tradición, sin más razón que porque siempre ha sido así, por ello me cuestioné y cambié.

A pesar de la inseguridad y de las dudas, mi intuición me decía que había que hacerlo, que era lo auténtico para mí en ese momento.

De esta manera, empecé suprimiendo la leche, quien lo iba a decir!, cuando supe los inconvenientes de este hasta ahora virtuoso alimento, me eché las manos a la cabeza, era como si uno de los pilares de mi existencia se viniera abajo. Sin embargo aquí sigo, cada vez mejor y sin leche...

Sustituí mis cereales por aquéllos integrales y biológicos. Y comencé a comer más legumbres, cereales, verduras, sobre todo aquéllas que aportan más calcio, más pescado, menos carne y menos huevos. Seleccioné la carne, ya no compro cualquier filete, por ejemplo el pollo es de corral.

Chocolate y embutidos, volaron de mi nevera, sólo el jamón serrano de bellota ocupa su lugar.

Las algas que hasta ahora sólo podían estar en el mar, llegaron a los armarios de mi cocina y a mí, que gran descubrimiento!

De la misma manera llegaron a mi cocina el miso, el tofu, la sal marina, la pasta y el pan integrales.

Los cambios físicos fueron sorprendentes, mi objetivo no era estético sino la búsqueda de la autenticidad, barrer las mentiras en las que vivía, que ni sabía que eran tales. De repente me sorprendió el cambio físico: adelgacé (estaba por encima de mi peso adecuado), mi piel mejoró notablemente, ni un solo constipado he tenido desde que modifiqué la dieta, cuando por estas fechas (febrero), ya había padecido desde el verano tres recaídas más o menos (gripe, catarro...)

Me siento fuerte, como si fuera una rueda que se desliza sin dificultad, antes esa rueda estaba algo deshinchada e iba dando tumbos.

Por todas estas razones estoy entusiasmada y contenta de haber podido tomar contacto con esta verdad alimenticia y con esta auténtica persona que me lo mostró sin ninguna intención de cambiarme.

Y este es el pequeñito comienzo de un mundo inmenso, que poco a poco espero seguir conociendo, sus matices de sabores me han conquistado.

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